Una temporada más, tras un largo verano lleno de mimos y cuidados continuos, ya estamos en tiempo de cosecha, limpieza, secado y (en nada) montaje y cosido… Y para ello nos dedicamos con todas las fuerzas del mundo.
Las esponjas vegetales, al ser un producto 100% natural son biodegradables y ecológicas, ya que tras su utilización pueden volver a la naturaleza donde se descompondrán formando sustrato para que nazcan nuevas plantas.
¿Para qué sirve la esponja vegetal?
La esponja vegetal es un producto natural, hipoalergénico y biodegradable que tiene múltiples usos.
Higiene corporal
El principal uso de la esponja vegetal es como producto de higiene personal. Se diferencia de la esponja sintética tradicional en que la luffa estimula la circulación de manera natural.
Las esponjas vegetales son buenas para la piel, son duraderas, estimulan la circulación, exfolian y eliminan las células muertas, además de prevenir la aparición de la celulitis.
A pesar de su aspecto rugoso se ablandan al entrar en contacto con el agua creando un tacto agradable al rozar nuestra piel y haciéndolas aptas incluso para las pieles sensibles.
Tras cada uso es fundamental enjuagar bien la esponja y colocarla en un lugar que facilite su secado.
Higiene facial
La esponja vegetal puede utilizarse como exfoliante facial natural una vez a la semana. Está indicada especialmente para pieles grasas, ya que su textura favorece la apertura de los poros, provocando así su limpieza y evitando los molestos brillos.
Además de éstos tienen otros múltiples usos, que iré contando más adelante…