Cuando uno se decide a explotar la tierra, y los frutos que de ella se pueden sacar, toca tomar una de las decisiones más importantes de todo el proyecto. ¿Dónde ubicar la plantación?
Para cultivar esponjas vegetales es necesario un terreno amplio, teniendo en cuenta las necesidades de la planta y la curiosa manera en la que las esponjas se forman y crecen. Además, conviene que sea lo más soleado posible.
Nos decidimos finalmente por un terreno que llevaba siendo usado por la familia desde hace varias generaciones, y que tenía un tamaño lo suficientemente extenso como para albergar nuestra pequeña plantación de Luffa. Y que como añadidos extra, cuenta con agua propia y tiene un historial de buenas cosechas a su favor.
A pesar de llevar unos cuantos años ya en desuso, estaba ocupado por gran cantidad de cabras, lo que aseguraba que al menos la tierra tendría un nivel de abono por encima de lo necesario.
Así que con la decisión tomada, lo único que faltaba por hacer era acondicionar el terreno, montar un invernadero para mayor control de la primera recogida de esponjas, y a sembrar.